jueves, 17 de mayo de 2007

Rugendas, retratista por excelencia

"La llegada del presidente Prieto a la pampilla"

"El huaso y la lavandera"


Desde hace algunas semanas y hasta el 27 de Mayo, se está presentando en el ala sur del MNBA, la exposición Rugendas y Chile, que reúne alrededor de 120 obras del reconocido pintor alemán Juan Mauricio Rugendas, la cual tuve la oportunidad de visitar.

Las obras de Rugendas son un testimonio de los viajes realizados por su autor, los cuales comprenden México, Brasil, Argentina y de manera realmente importante, gran parte de Chile. Éstas incluyen óleos y dibujos proyectuales que retratan las sociedades latinoamericanas costumbristas del siglo XIX.

El retrato está definido como una pintura, fotografía u otra representación artística de una persona, lugar o situación, y surgió como tendencia con el auge de las esculturas romanas, en las que los retratados demandaban obras realistas, incluso si éstas no les favorecían. Luego, con la llegada de la fotografía, el "retratar todo lo que nos rodea" se masificó rápidamente.

Un retrato generalmente otorga una visión profunda y ofrece una análisis que excede lo superficial, y es por esto que podemos definir a Rugendas como un retratista, pues sus trabajos son verdaderos testimonios gráficos de la historia latinoamericana de su época, denotando una gran belleza natural de los paisajes, la vida tan distinta pero inevitablemente contemporánea de criollos, mulatos e indios, las primeras urbes, las vestimentas e indumentarias, fiestas y manifestaciones, como también algunos hechos de profunda trascendencia histórica.

Su obra, es un documento histórico de gran relevancia para Latinoamérica y sobretodo para nuestro país. Sus dibujos y pinturas, nos dan una idea clara y nos acercan en gran medida a las realidades de la época. En cada uno de ellos, el pintor, intentaba plasmar a los diferentes personajes que le llamaban la atención. Es por esto, que tomando como ejemplo la obra "La llegada del presidente Prieto a la pampilla" (en la imagen de arriba), podemos ver desde campesinos tendidos en el pasto, hasta representantes de las altas sociedades en sus briosos corceles blancos, compartiendo en una escena histórica, momento y geografía muy explícitos; como es el caso de las montañas, accidente geográfico que nos delimita un paisaje del área central o metropolitana del país, que fue un elemento que encantaba al pintor alemán y muy recurrente en sus obras.

También podemos apreciar a lo largo de sus pinturas, los diferentes trajes que definían a las clases sociales de la época, como en el caso de la obra "El huaso y la lavandera" (también en arriba), donde se representa la primera o más verídica vestimenta del popular personaje chileno que es el huaso, muy diferenciada de la actual idea de vestimenta que conocemos, entre muchas otras cosas de gran interés.

La exposición es muy recomendable: un importante referente gráfico digno de conocer y para no dejar de apreciar.

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